Anoche, el oficialismo del CTPCBA rechazó la posibilidad de transparentar el uso de los recursos por parte del CD al aprobar sin cambios su propia propuesta de Reglamento de Contrataciones.
En efecto, el texto exigido por una asamblea anterior, que redactó y aprobó el CD para reglamentar sus propios actos, solo describe e institucionaliza las grandes libertades con las que se manejan fondos y nombramientos en el Colegio. La palabra “publicación” no figura ni una vez en su texto. O sea: cumplieron formalmente pero todo seguirá igual.
Una administración que se jacta de su ética y transparencia no debería necesitar de un reglamento para publicar sus actos ni ofenderse cuando se lo piden. Debería informar espontáneamente y apoyar cualquier iniciativa que contribuya a dar muestras claras de su honestidad.
En un momento de la asamblea pareció que algunos miembros del Consejo y su entorno tuvieron el pudor de aceptar la discusión de algunos puntos de este pseudo reglamento, pero la tentación de aprovechar la mayoría propia volvió a primar sobre la búsqueda de la mejor solución y votaron en contra del debate y por la aprobación sin cambios.
Hubo otro tema destacado: la imputación de dos miembros del CD actual en una causa penal por administración fraudulenta en la que el Colegio es el damnificado y querellante. A mi me quedaron algunas dudas sin resolver. Es algo así: si el Colegio es querellante y damnificado y la Presidenta y Vice están imputadas, obviamente no pueden representar legalmente al querellante contra ellas mismas.¿Quién lo hace entonces? Es muy complejo para mí todo esto, y demasiado caro y penoso para el Colegio.
Hubo interesantes análisis y preguntas sobre la memoria y balance. Aunque estando en minoría ante un oficialismo cerrado sólo sirven como testimonio y constancia en actas, el esfuerzo de las colegas en prepararse nunca es en vano. Se mantiene vivo y presente un hilo de “resistencia” pensante y un núcleo de coincidencias básicas que en cualquier momento (como cuando hubo que defender la ley) reacciona y crece.
No puedo contar el final porque confieso que me pareció mejor idea irnos a comer y comentar la jornada con otras colegas. Siempre es bueno sentirse acompañado en las ideas y en nuestras pequeñas cruzadas.
Los resultados de la asamblea no fueron buenos pero todo ciclo tiene su fin: aún los que hoy votan incondicionalmente tuvieron oportunidad de escuchar otras opiniones y van a estar más prevenidos en la próxima. Ayer no todos parecían tan convencidos ni fanáticos como otras veces. Y unos cuantos no los apoyaron en algunas votaciones.
Finamente, como la vicepresidenta se sintió atacada personalmente cuando dijimos que el reglamento debía exigir transparencia, y afirmó que ellas son transparentes y no tienen nada que cambiar, quisiera aclararle que la falta de transparencia no significa ser deshonesto. Sólo provoca sospechas de deshonestidad que ellas se ocupan de alimentar con tanta ofensa, evasivas y ocultamientos. Además, la transparencia de los actos se aprecia de afuera hacia adentro y no viceversa.
Ya soplarán otros vientos. MANTENGAMOS EL HILO. Muchos saludos,
Susana Dover
La bitácora de los traductores públicos
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