
Como gestión responsable no podemos permitirnos la distracción a la que quieren obligarnos quienes desde la "protección" de una tribuna colectiva agravian con palabras huecas cuyo fundamento no pueden sostener, Nada más fácil que intentar crear una burbuja para distraer la atención de lo verdaderamente importante. Y lo importante es que estamos consolidando nuestro Colegio y nuestra profesión con una gestión que lleva tiempo poniendo en regla desajustes heredados. Las grandes obras no se construyen con propuestas altisonantes sin fondo ni sustancia. Se hacen ladrillo a ladrillo. Firmes ladrillos que resisten el embate del tiempo y, sobre todo, las intenciones de destruir.
Parece grave lo que dice, pero más que una denuncia parece una excusa por algo que no alcanzo a comprender. Todo ello dicho en medio del llamado a festejar el día del traductor público y nada menos que en el editorial del Consejo Directivo en la página 5 de la revista en línea del Colegio. En lugar de un llamado al diálogo, que es lo que se esperaría de quienes administran el Colegio de todos los traductores públicos parece más una declaración de guerra.
Es sabido que la mayoría de los foros de traductores públicos en los que se tratan temas que les incumben surgieron en respuesta a la decisión del Consejo Directivo de no permitir expresarse a los matriculados en el El Lenguaraz, foro oficial del Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires.
¿El tema de los ladrillos no se referirá a que intentarán nuevamente comprar una sede más grande para nuestro Colegio? Me confunde el tema de las grandes obras mezclado con los ladrillos...
Y sin que nadie se ofenda, también me confunde que digan que la actual gestión lleva tiempo poniendo en regla desajustes heredados cuando en el mismo número de la revista en una "entrevista" que le hacen a la consejera Beatriz Rodríguez, ella misma es quien nos recuerda que está en la administración del Colegio desde el año 1996 (!!!!).
¿No será hora de cambiar a quien redacta esos editoriales y todos en paz?
Cordialmente.
Alejandro Petersen
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