En la última asamblea del año 2011 nos enteramos de que nuestro Colegio, gracias a la administración de las actuales autoridades, estaba en rojo. Para unos el rojo es de 1,5 millón, para otros es de 2 millones. Todos saben que para paliar este enorme y peligroso déficit las mismas autoridades aumentaron la cuota anual a 400 pesos y que después por decisión del Consejo Directivo aumentaron las legalizaciones por tercera vez en un año. No voy a hablar de los juicios iniciados por el colegio y en contra de éste. Tampoco lo haré sobre el embargo de la sede de Callao. Y menos de las confusas explicaciones sobre estos temas. Tampoco lo haré sobre la mutual y su extraña administración y control.
Cabe mencionar que pasaron 6 meses de la última asamblea y nadie sabe, al menos no lo sabemos los matriculados de a pie, en qué estado están las cuentas de nuestro colegio.
Ahora nos enteramos de que la FIT (Federación Internacional de Traductores) se reúne 3 días de abril en Buenos Aires en los salones de nuestro colegio. Es de esperar que las autoridades hayan hecho un buen contrato para alquilarle los salones del colegio a esta institución. ¿Se acuerdan que la institución está en rojo? ¿O cederán los salones gratuitamente?
Las autoridades también parece que encontraron una pequeña fuente de ingresos para las alicaídas arcas de nuestro colegio. Ahora ofrecen cursos de español para extranjeros. No se informa quiénes estarán a cargo de esos cursos y si ya hay inscritos.
Cabe recordar que nuestra normativa no permite que el colegio obtenga fondos de cursos que no son para sus matriculados. Al fin y al cabo debemos recordar que el colegio fue creado como una asociación sin fines de lucro. La excusa... una forma de tener presencia en la comunidad. Parece ser que la comunidad ahora es de extranjeros y no de argentinos, qué extraña forma de dar a conocer nuestras incumbencias (me preocupa cuáles serán las incumbencias que se den a conocer a la comunidad) Cada uno podrá sacar sus propias conclusiones sobre la eficacia de esta decisión.
Y por último, las autoridades de nuestro colegio parecen seguir empeñadas en cambiar las incumbencias del traductor público. Hace tiempo ya que impulsan desde el seno mismo del colegio todo lo que tenga que ver con las artes visuales, incluso se ha creado una comisión ad hoc. Y recientemente también nos sorprendieron con la creación de una comisión de traducción literaria, que como todos sabemos está muy relacionada con la traducción pública y es conocido por todos lo que ganan en la Argentina y el mundo el común de los traductores literarios. En la última revista institucional en sus 35 páginas no hay ningún artículo sobre la traducción pública. ¿Me habré equivocado cuando me matriculé? Tal vez este no sea el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, sino una asociación de traductores.
Todos los matriculados, incluso las actuales autoridades, debemos reflexionar y preguntarnos qué colegio queremos, uno deficitario, con gastos inexplicables que no se explican, con incumbencias que no son las nuestras o un colegio fuerte, económicamente sólido, sin juicios ni embargos, y con las incumbencias propias de los traductores públicos.
Alejandro Petersen
Cabe mencionar que pasaron 6 meses de la última asamblea y nadie sabe, al menos no lo sabemos los matriculados de a pie, en qué estado están las cuentas de nuestro colegio.
Ahora nos enteramos de que la FIT (Federación Internacional de Traductores) se reúne 3 días de abril en Buenos Aires en los salones de nuestro colegio. Es de esperar que las autoridades hayan hecho un buen contrato para alquilarle los salones del colegio a esta institución. ¿Se acuerdan que la institución está en rojo? ¿O cederán los salones gratuitamente?
Las autoridades también parece que encontraron una pequeña fuente de ingresos para las alicaídas arcas de nuestro colegio. Ahora ofrecen cursos de español para extranjeros. No se informa quiénes estarán a cargo de esos cursos y si ya hay inscritos.
Cabe recordar que nuestra normativa no permite que el colegio obtenga fondos de cursos que no son para sus matriculados. Al fin y al cabo debemos recordar que el colegio fue creado como una asociación sin fines de lucro. La excusa... una forma de tener presencia en la comunidad. Parece ser que la comunidad ahora es de extranjeros y no de argentinos, qué extraña forma de dar a conocer nuestras incumbencias (me preocupa cuáles serán las incumbencias que se den a conocer a la comunidad) Cada uno podrá sacar sus propias conclusiones sobre la eficacia de esta decisión.
Y por último, las autoridades de nuestro colegio parecen seguir empeñadas en cambiar las incumbencias del traductor público. Hace tiempo ya que impulsan desde el seno mismo del colegio todo lo que tenga que ver con las artes visuales, incluso se ha creado una comisión ad hoc. Y recientemente también nos sorprendieron con la creación de una comisión de traducción literaria, que como todos sabemos está muy relacionada con la traducción pública y es conocido por todos lo que ganan en la Argentina y el mundo el común de los traductores literarios. En la última revista institucional en sus 35 páginas no hay ningún artículo sobre la traducción pública. ¿Me habré equivocado cuando me matriculé? Tal vez este no sea el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, sino una asociación de traductores.
Todos los matriculados, incluso las actuales autoridades, debemos reflexionar y preguntarnos qué colegio queremos, uno deficitario, con gastos inexplicables que no se explican, con incumbencias que no son las nuestras o un colegio fuerte, económicamente sólido, sin juicios ni embargos, y con las incumbencias propias de los traductores públicos.
Alejandro Petersen
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